Quién escucha la voz del anciano es como un árbol fuerte; quién se tapa los oidos es como una rama al viento.
Proverbio Massai

Es importante reconocer la herencia que los mayores nos dejan. Siempre me ha interesado la música con raíces porque respeta ese legado y se transmite de generación en generación. Desde El Club del Vinilo siempre miramos al pasado con respeto para comprender el presente, y como, disfrutando del ahora podemos vislumbrar un futuro mejor. La música, decía Jimi Hendrix, es curativa.

Hoy vamos a conocer una de esas bandas que reconociendo un pasado han sabido construir una obra artística apasionante, totalmente creativa e innovadora.



The Budos Band,con sede en Staten Island, se reunieron por primera vez en una jam session organizada por los reyes Afro-beat de Brooklyn, Antibalas. Vinculada desde siempre con el sello Daptone Records cuyo máximo exponente fue Sharon Jones. Su estilo musical es una amalgama de diferentes subgéneros, “afro-soul” o música instrumental psicodélica de los años setenta. Sus influencias artísticas comienzan desde un profundo respeto hacia la música africana de un músico como Mulatu Astatke, una banda como The 24 Carat Black, Idris Muhammad hasta bandas de rock duro como Black Sabbath, y se han dejado sentir en todos sus trabajos publicados hasta la fecha.

La banda tiene nueve miembros, con invitados ocasionales. La formación tiene una alineación un tanto fluctuante que incluye a David Guy y Andrew Greene a la trompeta, Cochemea Gastelum al saxo tenor, Jared Tankel al saxo barítono, Daisy Sugarman a la flauta, Thomas “TNT” Brenneck a la guitarra, Robert Lombardo en congas, Mike Deller en órgano, Vincent Balestrino en pandereta y shekere, Daniel Foder en el bajo, y a la batería Brian Profilio y John Carbonella, Jr.





Nunca antes el “afro-soul”ha sido tan emocionante y dinámico como en esta colección de instrumentales ardientes. Estos talentosos músicos emplean todo el espectro del sonido para que te encuentres cara a cara con la quintaesencia de la música.

Estoy seguro de que los sentirás y disfrutarás desde la planta de tus pies hasta en el más recóndito lugar de tu mente.

¡The Budos Band entran en erupción!

“Up From The South” es el primer corte de su primer álbum, “The Budos Band”, 2005. Expresa su sonido con un sentido de urgencia de alto octanaje.

Uno de los pilares del sello Daptone junto a Sharon Jones y Dap-Kings y Sugarman 3, The Budos Band mezcla el soul y el funk y lo retuerce con escalas musicales africanas, especialmente con sus arreglos de viento. Su primer lp muestra a una banda tocando cómodamente a casi cualquier velocidad, a menudo con una gran melancolía.

Vamos a deleitarnos con “Aynotches Yererfu”.

Este colectivo instrumental ya sabemos que combina ritmos Afro-beat de combustión lenta con una estética soul-jazz de los 70, esto último conocido por aquellos que ya estamos familiarizados con otros lanzamientos de la marca “Daptone Records House Of Soul”.

El ritmo retro, casi blaxploitation soundtrack empuja el estilo predominantemente afro en el territorio de la música soul estadounidense. Lo llaman “afro-soul”, que resume perfectamente el estilo pero no le hace justicia por completo.

Predominan los vientos que debido a que estas sesiones fueron grabadas en vivo en el estudio, emanan una chispa y un balance algo inquietante pero hipnóticamente contagioso. A diferencia de mucho Afro-beat, las canciones de The Budos Band son compactas.


Títulos como “Chicago Falcon”, "Ride or Die”, "Scorpion" y “Adeniji” que vamos a escuchar a continuación enfatizan el peligro subyacente, inherente al hipnotismo y un ritual místico. Lo más impresionante, sin embargo, es el aspecto de colaboración en el trabajo que aquí os mostramos. Ninguno de los solos está extendido y los tiempos de cada surco, concisos, mantienen la música aguda y tensa, creando un ambiente, entrando y saliendo.

Su sonido arremolinado cruza géneros y épocas con precisión sin esfuerzo, uniendo el funk de las raíces del mundo con el ritmo urbano del mundo occidental.

El sonido de The Budos Band puede ser un desafío, el describirlo, pero para la banda, “afro-soul” instrumental de Staten Island" significa interiorizar influencias aparentemente tan dispares como The Cairo Jazz Band, JC Davis, Mulatu Astatke, Black Sabbath y unirlas para formar una combinación alucinante de ritmo y melodía.


Sus giras han recorrido los Estados Unidos, Canadá y Europa, excepto España, tocando en clubes de rock y grandes festivales. En cualquier espectáculo de Budos, uno podría ver a los b-boys romper con el ritmo del funk y los ritmos hip-hop de la banda; a los yonquis discográficos asintiendo con la cabeza hacia las melodías infundidas de soul; cabezas de metaleros golpeando los oscuros y ominosos riffs de guitarra y bajo; y los amantes de la música en general que asisten con entusiasmo a lo que The Budos Band muestran al crisol de música que tiene lugar. En pocas palabras, despliegan todo su arsenal en vivo y con cada grabación aumenta su poder de aumentar la energía, el sudor y la pasión de la experiencia en vivo. Pues son pura fuerza vital...

Disfrutemos del riff hipnótico de “Black Venom”...


Después de dos lps bien recibidos, The Budos Band regresan con el “The Budos Band III” en 2010. Este nuevo trabajo revela una nueva dirección, ofreciendo la visión de que también son otra cosa. Este conjunto de 11 canciones, grabado en 48 horas, ofrece un tinte más oscuro y espacioso. Elementos de sonidos psicodélicos, de Medio Oriente e incluso latinos han entrado en su mezcla, sin sacrificar el caché de su fiesta de baile. La apertura “Rite Of The Ancients”, parece como si hubiera sido un interludio instrumental de una película de blaxploitation de los setenta, pero en su lugar son ideas armónicas completamente innovadoras.


Es digno de mención el sonido de surf reverberante del guitarrista Thomas “TNT” Brenneck que introduce el oscuro y convincente "Nature's Wrath". Los vientos encierran un ambiente de clave menor que se desenvuelve alrededor de una tensa niebla de cine negro y una melodía de mariachi. Luego se decora con la flauta fantasmal de Daisy Sugarman, mientras los percusionistas juegan con todas las dimensiones de los “breaks” de batería de Brian Profilio. Ella crea un conjunto de atmósferas más espaciadas sin perder el ritmo. Por último, el órgano de Mike Deller entra en los momentos finales como la guinda del pastel.






Siempre han sentido una devoción, sin ningún reparo en reconocerlo, hacia el músico etíope Mulatu Astatke. En esta ocasión homenajean al vibrafonista africano en esta canción, “Mark Of The Unnamed”.

Este tercer capítulo en el legado de The Budos Band es un gran paso adelante. Es un truco donde todo se vuelve más profundo y más amplio y la recompensa es poderosa pués su hipnótica música finalmente te contagia y entras en una especie de comunión y éxtasis místico con ellos.

Pasaron cuatro años hasta la publicación de lo que es su último álbum, “Burnt Offering”, Daptone Records 2014. Y realmente merecieron la pena porque nos encontramos con algo totalmente nuevo dentro del universo musical de The Budos Band. La producción esta vez corre a cargo de Thomas TNT Brenneck y los propios Budos. Esta vez la música echa sus raíces en la psicodelia tardía, las bandas sonoras, el funk y el metal de espada y hechicería al estilo de Black Sabbath y Pentagram. El álbum se grabó en vivo para más tarde añadir diferentes efectos de sonido.

"The Sticks" acentúa los saxofones y las trompetas estridentes en medio de un
órgano psicodélico, frenéticos breaks y un riff de guitarra muy pegadizo que
desemboca en un solo de guitarra fuzz muy metalero que nos lleva a un final apoteósico. La siguiente canción “Aphasia” te deja tal cual. Sin palabras. La canción se adentra en un lento y pesado riff al estilo de Pentagram, con un órgano Farfisa fantasmal y una guitarra chirriante encima de los tambores procesionales. Cuando los vientos entran, la música cambia de enfoque, pero nunca abandona su tema.



Mientras los magos usan libros de conjuros y alquimia para mezclar sus pociones magistrales, The Budos Band emplean grandes dosis de rock psicodélico que atraviesan el continente para atraer lo oculto y conjurar lo sobrenatural. De ahí el título del cuarto álbum de la banda: “Burnt Offering”, “Ofrenda de Fuego”.

Mientras haya nuevas audiencias emocionantes y fronteras sónicas para explorar, seguirán adelante. "No hemos cumplido nuestra misión", concluye Profilio el batería. "Todavía estamos muy hambrientos".

La amistad se cimienta muchas veces compartiendo música, y la distancia nunca es impedimento para el recuerdo. Sobran las palabras.



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